Oscuridad
Un relato creado a partir del mayor miedo de una seguidora
5/27/20244 min read


Sara era una chica joven de unos veinticuatro años, ella vivía sola en un pequeño apartamento en una de las calles principales de la ciudad, tenían un buen trabajo como asesora jurídica y en general una vida y futuro brillante. Pero como toda persona no era perfecta, la joven sufría un terror increíble ante la oscuridad, debido a un trauma de pequeña en el cual se quedó encerrada en el sótano de su casa por más de tres horas sin una sola luz con la que alumbrar su vista.
Su miedo era tal que debía dormir con todas las luces de su apartamento encendidas y nunca podía estar en un sitio en el que no hubiera luz, sin duda esto le trajo problemas pues ya no solo pagaba unas facturas de luz descomunales si no que no podía entrar en locales oscuros, no salía a la calle de noche, por lo que apenas tenía amigos ni pareja.
Sara tras salir un día del trabajo fue a un bar a tomarse un café como solía hacer siempre, en el local había una tele la cual estaban dando el noticiero local, en él se decía que un extraño fenómeno estaba afectando a las redes eléctricas de todo el país por lo que era cuestión de tiempo que afectara a la localidad, en ese momento la tele se apagó, al rato todos se percataron de que los móviles no funcionaban y de que las luces del local no se encendían, al parecer ese extraño fenómeno había llegado.
Todos estaban relativamente tranquilos pues ese extraño fenómeno solía durar un día o dos como mucho y después todo volvía a la normalidad, pero Sara no estaba para nada tranquila, debía estar dos días en completa oscuridad durante la noche en su apartamento, el miedo irracional comenzó a apoderarse de su mente, por lo que salió corriendo del bar y se dirigió a su apartamento.
Al llegar comprobó todos y cada uno de los interruptores de la casa, como se temía ninguno de ellos funcionaba, las luces de su casa no servían, rápidamente buscó sus linternas pues debido a su miedo tenía varias de estas para en casos de emergencia disponer de luz, pero, ninguna de ellas funcionaba, el fenómeno afectaba a todo aquello que fuera eléctrico por lo que las linternas no eran útiles, por lo que como último recurso llenó su apartamento de velas.
Sin poder evitarlo la noche llegó y Sara se encontraba en su habitación rodeada de velas que iluminaban toda la habitación, no solo esto tenía velas por cada rincón de su apartamento. La joven estaba aterrorizada, pues miraba por la ventana y no veía absolutamente nada, al vivir en un cuarto piso, todo parecía ser un abismo negro en el que no se encontraba nada.
Sara tenía cada vez más y más miedo, su respiración se aceleraba y su mente comenzó a jugarle malas pasadas, pues no paraba de escuchar ruidos provenientes de la calle, del pasillo fuera de su apartamento y a ver sombras recorriendo sus paredes.
Sin que pudiera hacer nada poco a poco las velas comenzaron a apagarse y aún quedaban más de cuatro horas para el amanecer, la joven comenzó a escuchar el sonido de cristales rompiéndose y de gente gritando y peleándose en la calle, ante la oscuridad total era lógico que tarde o temprano empezaran los disturbios, su miedo era cada vez mayor pero llegó a su auge cuando la última vela de su casa se apagó y vio que aún quedaban tres horas para la llegada del sol, tres horas, el mismo tiempo que estuvo encerrada en el sótano de pequeña.
No podía más el miedo era tal que rompió en llanto y no podía moverse, sentía como si alguien o algo rondara por su alrededor, mientras escuchaba los disturbios de la calle, el sonido de golpes y pelea se transformaron en disparos, Sara no podía ni abrir los ojos ante el terror que sentía, aunque tampoco servía de nada abrirlos pues la oscuridad era total.
La joven comenzó a escuchar como si alguien golpeara con gran fuerza la puerta de su apartamento, sabía que ese sonido no era imaginación suya provocada por el terror, ese sonido era real, alguien intentaba entrar en su apartamento.
Sin ver nada comenzó a correr por el apartamento mientras gritaba desesperada y lloraba sin cesar, su terror por la oscuridad se hacía cada vez más y más grande, mientras que los golpes de la puerta se incrementaban y alguien gritaba desde el otro lado. La joven no entendía lo que decía la persona que golpeaba su puerta pues su estado mental era en ese momento terror absoluto, su terror llegó a tal grado que no lo soportó, abrió la ventana de su cuarto y sin pensárselo se tiró al vacío huyendo de la oscuridad de su hogar, la joven impactó con gran fuerza contra el cemento de la calle muriendo al instante.
Apenas treinta minutos después el sol salió y su padre, el hombre que estaba golpeando la puerta la encontró tirada en el callejón al cual daba su ventana, él había ido a ver a su hija sabiendo el terror que ella padecía por la oscuridad, al ver que no abría la puerta y que la escuchaba llorar y gritar decidió tirar la puerta abajo, mientras gritaba “Sara, abre soy tu padre” por desgracia el miedo nubló tanto a Sara que no reconoció la voz de su propio padre y huyó de su mayor miedo acabando con su vida.
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