EL PRIMER ATAQUE

El día se tornaba lluvioso, las oscuras nubes eran tan densas que parecía ser de noche, a pesar de ser las diez de la mañana. Un grupo de personas se encontraban en un cementerio, rodeando un ataúd que estaba listo para ser sepultado. Allí se encontraba una chica de pelo rizado, de piel color chocolate, con unos bellos ojos que se veían marchitados por el llanto. El sacerdote que se encontraba allí se puso frente al ataúd.

-Estamos aquí para despedirnos de Alice. Un alma joven, trabajadora, alegre y generosa que desafortunadamente su camino se cruzó con un alma descarriada que por desgracia terminó por arrebatarle el regalo mas bello que nuestro señor puede darnos. La vida -dijo el sacerdote para todos los presentes.

El funeral terminó y todos los presentes comenzaron a dispersarse, a excepción de la chica de pelo rizado, un sujeto observó desde lejos todo el funeral decidió acercarse, agarró un cigarro que guardaba en su chaqueta de cuero y se lo encendió.

-Hola señorita Carol -dijo el hombre acercándose a la chica.

-¿Quién es usted? -preguntó la joven.

-Disculpe mi descortesía. Me llamo Adam Patterson, soy un detective privado -respondió el hombre.

-¿Un detective? Ya le conté todo a la policia, hablé con Alice la noche que murió, pero no se nada, solo se que esa noche estuvo con un chico llamado Rick, no se mucho más -dijo la chica mientras se secaba las lagrimas con la manga de su chaqueta.

-Sí, todo eso lo sé, pero no he venido aquí por eso -dijo el hombre.

-¿Entonces por qué vendría aquí un detective? -preguntó extrañada.

-Bueno, si escuchas el caso parece el típico caso, chica conoce a chico, chico es un psicópata y mata a chica, pero hay algo que me hace pensar que este no es ese caso -explicó Adam.

-¿Puede explicarse? -preguntó la joven intrigada.

-Le invito a un café, así le cuento todo, sentados y tranquilos ¿Le parece bien? -sugirió el detective.

-Acabo de enterrar a mi amiga, no tengo ni tiempo ni ganas de esto -dijo algo molesta.

-Mire en realidad no tengo porque estar aquí, solo he venido. Imaginé que quería saber que le ocurrió a su amiga y detener al hijo de puta que le hizo eso, pero está bien. Siento haberla molestado, pase un buen día y, tenga cuidado -dijo el hombre.

Adam se despidió y se fue caminando hasta su coche el cual se encontraba aparcado a pocos metros junto a la carretera. Carol se quedó pensativa ¿Qué debía hacer? Después de lo que le había pasado a Alice no sabía si era buena idea irse con un desconocido, aunque le invitó a una cafetería en la que probablemente hubiera mucha gente, si en algún momento le pedía estar a solas le diría que no y punto.

-¡Espere! ¡Señor Adam! -gritó la chica.

-Nos vemos en la cafetería de Rose Palace, en una hora, no se demore -gritó mientras entraba en su coche.

Carol se dirigió a su apartamento, se dio una ducha rápida, se vistió y se dirigió a la cafetería al encuentro con Adam, no sin antes compartir su ubicación en tiempo real con su amigo Daniel, el cual ya estaba al tanto de todo.

-¿Te llega bien la señal? -preguntó Carol por su teléfono.

-Si, todo en orden, pero Carol ¿De verdad te fías de ese tío? -preguntó preocupado.

-No, si me fiara no te diría que espiaras mis movimientos Daniel -dijo la chica.

-¿Entonces por qué cojones vas? -preguntó sobresaltado.

-Porque si ese tío tiene alguna idea de lo que realmente le ocurrió a Alice y de como detener al hijo de puta que le hizo eso, quiero saberlo -respondió.

-Joder Carol... Ten cuidado por favor -dijo Daniel.

-Lo tendré, gracias por esto -dijo sonriendo la joven.

-Me debes una -se escuchó al otro lado del teléfono.

La joven colgó el teléfono y se dirigió al encuentro de Adam. Carol aparcó su coche cerca de la cafetería, se bajó de él y entro sin demora al edificio. La joven comenzó a mirar revisando todas las mesas del local, allí vio a Adam tomándose una taza de cafe, Carol se acercó y le saludó con la mano desde lejos.

-Me alegra que hayas venido -dijo Adam.

-Casi no lo hago si le soy sincera -dijo la joven mientras se sentaba.

-¿Quiere un café? -preguntó el hombre.

-Vaya al grano se ruego -dijo Carol dejando claro que en realidad no quería estar allí.

-Bien, solo intentaba ser cortes -dijo el hombre.

En ese momento un fuerte golpe se escuchó. A pocas mesas de distancia, una chica comenzó a convulsionar mientras su acompañante comenzó a gritar por ayuda. Carol se levantó apurada para intentar ayudar pero Adam la agarró del brazo impidiéndoselo.

-¿Qué coño hace? ¡Suélteme! Gritó la joven.

-Tenemos que irnos -dijo el detective.

-¿Qué? No pienso irme a ninguna parte con usted -dijo mientras se zafaba del agarre de Adam.

La joven comenzó a correr para socorrer a la chica, pero, algo hizo que detuviera la marcha. La joven que convulsionaba se puso de pie y con sus manos comenzó a arrancarse el rostro a tiras. Todos los presentes comenzaron a gritar, mientras el chico que la acompañaba intentaba frenar a la chica, pero esta le dio un fuerte empujón que lo lanzó por los aires haciendo que el chico atravesara una mesa cercana destrozándola por completo. La chica se arrancó el rostro por completo dejando un hueco negro y vacío donde antes se encontraba su cara. El ser miró a Carol y se abalanzó sobre ella, pero en ese momento Adam desenfundó una pistola que guardaba bajo su chaqueta y comenzó a disparar. La monstruosidad recibió varios impactos de bala, pero solo sirvió para hacerla retroceder unos pocos metros.

-¡Todo el mundo fuera, ya! -gritó Adam.

La gente comenzó a correr y la histeria se apoderó del lugar, Adam agarró de la mano a Carol y se la llevó fuera del establecimiento. Poco pudo ver la joven, pero si que apreció a ver como ese ser se abalanzaba sobre el chico que la acompañaba y comenzó a drenar toda su sangre. Adam abrió la puerta de su coche y subió a Carol en el, sin perder un segundo, el hombre arrancó el motor y salió de allí a toda velocidad.

-¿Que cojones era esa cosa? -preguntó horrorizada.

-De eso era de lo que quería hablarle, vayamos a mi apartamento... Allí se lo explicaré todo -dijo nervioso mientras conducía a toda velocidad.