El alba había llegado y el sol iluminaba de nuevo toda Elamor. En la mansión del duque, Tayson se encontraba sentado en su cama mirando el mapa y recordando una y otra vez las palabras de la sombra. En ese momento alguien tocó la puerta.
-¿Se puede? –preguntó Abigail asomándose discretamente por la puerta.
-Sí, claro pasa –respondió el hombre sonriéndole.
-Veo que no has dormido demasiado –dijo la chica mientras se sentaba a su lado.
-Lo cierto es que dudo que alguien de los presentes haya dormido algo –dijo sin dejar de mirar el mapa.
-Bueno, en lo que a mí respecta yo no demasiado, la verdad, fue todo muy raro –señaló la chica.
-Demasiado ¿Quién coño es ese tío? ¿Y cómo sabía mi nombre? –preguntó desconcertado.
-La verdad es que eso es lo que menos nos preocupa –dijo Abigail.
-¿Cómo? –preguntó Tayson mirándola.
-Tayson, dijo que en una semana pondría fin a la orden. Nadie lanza una amenaza así en público si no piensa cumplir su palabra, además recordemos que usó el arma de otro mago, no se trata de alguien común –explicó la joven preocupada.
-Sí, supongo que tienes razón, bien reunamos a todos, debo hablar con ellos –dijo mientras se ponía en pie.
-¿Qué les vas a decir? –preguntó.
-Que vamos a ir a por el –respondió directo.
I
EL PLAN
Tayson mandó a Abigail que avisara al resto de la banda mientras él se dirigía al salón central de la mansión, allí se encontraban el duque Amil, acompañado de Vils y varios miembros de la orden, al verle Vils se acercó a él.
-Tayson ¿Qué ocurre? El duque está muy preocupado –dijo el pistolero.
-Todos lo estamos, no temas, aún seguimos bajo contrato, solo quiero informar de nuestro próximo movimiento –informó Tayson intentando tranquilizar al joven.
En ese momento el resto de la banda entró en la sala, sin mediar palabra se colocaron al lado de su líder, en sus rostros podía notarse la preocupación, pues todos comprendieron que la situación era más grave de lo que creían en un principio.
-Bien ya estamos todos –dijo Tayson.
-¿Por qué querías reunirnos a todos? –preguntó el duque.
-Creo que no me equivoco al afirmar de que todos estamos algo desconcertados por lo sucedido anoche, sé que entre las filas de la orden se me acusa a mí y a mi banda de estar aliados con ese tío. Quiero dejar claro que ni mi banda ni yo sabemos quién es ese mago y mucho menos sabemos el cómo conoce mi nombre –explicó.
-Reconozco que todo esto es muy extraño, pero no dudo de vosotros, el Cañón negro es muy conocido, es posible que simplemente os reconociera –comentó Vils.
-Es una opción, pero ese mago lleva atacando a la orden durante semanas y justo cuando aparecen ellos lanza una amenaza en la que dice que acabará con la orden en una semana y además no olvidemos que ha citado a la banda, lo siento Vils, te respeto y admiro pero todo esto es demasiado sospechoso –dijo uno de los pistoleros presentes.
-Os recuerdo que fue Vils quien nos buscó y llamó, nosotros no estaríamos aquí si no es por él –aclaró Tayson.
-No calentemos el ambiente. Tayson, seguro que has pensado algo cuéntanos –interrumpió Amil al ver que los ánimos se estaban alterando.
-La sombra atacará en una semana, es un hecho, no sé porque nos ha citado pero creo que deberíamos asistir a la cita –dijo el forajido.
-¿Pretendes reunirte con ese monstruo? –preguntó uno de los pistoleros.
-Todos sabemos lo que dijo, vayamos o no a su encuentro atacará en una semana, no sé lo que pretende, seguramente sea una trampa, pero pienso que es mejor ir a su encuentro que esperar a que ataque con todas sus fuerzas –sugirió.
-Estoy de acuerdo –dijo el duque.
-¿Está seguro señor? –preguntó de nuevo el pistolero.
-Coincido con Tayson en que se trate de una trampa, llamar al Cañón Negro, tender una emboscada y así poder atacar la ciudad sin que nadie más allá de la orden se lo impida. Pero también es cierto que en una semana se preparará y nos atacará con todo lo que tenga, si Tayson y sus compañeros acuden a su encuentro quizás puedan detenerle antes de la catástrofe –explicó el duque.
-No me gusta nada esto –dijo el pistolero.
-No es a ti a quien tiene que gustarle, tenemos un contrato con el duque, nosotros sugerimos el plan y si el acepta no hay más que hablar –dijo Tayson directo.
-¿Cuál es el plan? –preguntó el duque.
-Mi banda y yo acudimos a la cita de la sombra, no sabemos lo que pretende pero el objetivo principal es detenerlo de una manera u otra para que no ataque la ciudad, mientras tanto la orden debe prepararse, si nosotros fallamos estaréis solos, tenéis una semana, preparad la ciudad, proteged a su gente y armaos con todo lo que tengáis, pero recordad, ese tío puede usar las armas de otros magos, si fallamos usará nuestro poder en vuestra contra. Sois la orden de magos más poderosa que se conoce, pedid ayuda al portal original si es necesario, pero en una semana debéis estar listos –dijo Tayson.
-De acuerdo, solo pondré una condición –dijo el duque.
-Bien, diga cual –dijo Tayson.
-Vils irá con vosotros –dijo el duque.
-¿Cómo, yo? –preguntó sorprendido.
-Por mí no hay problema, el mago me citó a mí y a mí banda, siempre puede haber un nuevo miembro en ella –dijo el forajido.
-Pero duque, si ellos fallan debo estar aquí para proteger la ciudad –comentó Vils.
-Y eso es precisamente lo que harás. Eres el pistolero arcano más poderoso de la orden, ve con ellos, acaba con ese cerdo y así protegerás la ciudad –dijo el duque.
-Bien, como ordene –concluyó posando su puño en su pecho.
-Pues está decidido, iremos al encuentro de la sombra, mientras tanto Elamor debe convertirse en una fortaleza, si fallamos esto se convertirá en una zona de guerra, ya venga solo o con un ejército no os será fácil, recordadlo –dijo Tayson.
-Por cierto ¿Dónde os ha citado exactamente? –preguntó el duque.
-En las tierras olvidadas –respondió.
II
LA PREPARACIÓN
Tayson se encontraba en su habitación observando el mapa y recordando una y otra vez las palabras de la sombra. El mago les citó en las tierras olvidadas una zona que antaño era la capital de los magos, hasta que el portal original se cerró y volvió a abrirse en donde ahora se encuentra Elamor. Nadie vive allí que se conozca por lo que no era de extrañar que los citara allí, era un lugar perfecto para una gran batalla. El duque sugirió al grupo prepararse antes de partir, iba a ser un viaje muy largo, necesitaban provisiones. Además el duque les ofreció visitar el portal original, algo que nadie puede hacer después de conseguir su arma, de esa manera quizás podrían aumentar su fuerza.
-Tayson, vamos, todos te esperan –dijo Eternia entrando en la habitación.
-Sí, ya voy –respondió.
El forajido plegó el mapa, lo introdujo en su bolsa de viaje, se la amarró a la cintura y salió de la habitación junto a su compañera. Mientras ambos caminaban por los grandes pasillos de la mansión vieron a Vils a lo lejos, el cual se acercó a ellos.
-Tayson te estaba buscando –dijo el joven.
-¿Para algo en especial? –preguntó.
-Nos vemos en el campo de entrenamiento de la orden, justo detrás de la mansión, no tardes por favor –dijo mientras se iba corriendo.
-¿Para qué te querrá en el campo de entrenamiento? –preguntó Eternia intrigada.
-Ni idea, bueno, reunámonos con los demás y vamos para allá –concluyó Tayson.
Tayson y Eternia se reunieron con el resto en las puertas de la mansión, allí Tayson les contó sobre el campo de entrenamiento y Vils, sin perder un instante todos se dirigieron a su encuentro. Justo detrás de la mansión se encontraba una enorme edificación con forma de cubo, construida de metal, al cruzar la puerta el grupo apreció el enorme lugar donde se encontraban, lleno de muñecos de entrenamiento, armas y toda clase de herramientas de combate. En el centro lo que parecía una zona de combate, accesible por unas pequeñas escaleras de madera. Allí se encontraba Vils sujetando su majestuosa espada.
-¿Por qué me has citado aquí? –preguntó Tayson.
-Vamos a viajar y luchar juntos, se cuan poderoso eres, por eso quiero medir mis fuerzas contigo –dijo Vils.
-¿Quieres luchar contra mí? –preguntó algo sorprendido.
-Si –respondió directo.
-Chico, no dudo de tu poder pero no tienes nada que hacer contra Tayson –dijo Masalot.
-Dejad que mi espada decida eso –dijo levantando su arma.
-Nunca suelo aceptar duelos y esta vez no será la excepción, pero te propongo una cosa –dijo Tayson.
-Soy todo oídos –comentó Vils.
-Enfréntate al Cañón Negro, si vences, yo personalmente me enfrentaré a ti –sugirió sonriendo.
-¿Quieres que luche contra todos? –preguntó.
-Exacto –respondió.
-Bien, acepto –dijo empuñando su espada.
-Dejadme empezar a mí –sugirió Masalot mientras se adelantaba sonriendo.
El grandullón abrió el portal, de él sacó su enorme gutling. Tras unos segundos mirándose fijamente Masalot comenzó a disparar. Vils desviaba las balas con su espada mientras poco a poco se acercaba a su rival. Masalot se percató del lento avance de Vils hacia él. Lanzó su arma a Vils, cuando iba a impactar con su cuerpo esta se dividió en dos, comenzaron a frotar en el aire y abrieron fuego, una por el franco derecho y otra por el izquierdo. A pesar de la enorme cantidad de balas, Vils conseguía evadir todo ataque.
-Bien, veamos si puedes esquivar esto –dijo Masalot sonriendo.
Una gran masa de energía de color rojo comenzó a acumularse en las manos de Masalot. El gran hombre lanzó un rayo de energía a cada una de sus gatlings, tras una leve explosión decenas de gatlings frotaban alrededor de Vils. El pistolero observaba asombrado, sin que pudiera reaccionar todas las armas abrieron fuego. La lluvia de metralla levantó la piedra del suelo, una enorme capa de humo lo invadía todo.
-¡Masalot detente! –gritó Tayson.
-Quizás me he pasado –dijo el hombre mientras sus armas se detenían.
Cuando la gran nube de polvo se disipó nada se encontraba en el enorme cráter que había dejado Masalot, era como si Vils se hubiera evaporado. Todos miraban cada rincón de la zona en busca del joven, o al menos de alguna parte de él, pero nada, Vils había desaparecido por completo, en ese momento lo que parecía un portal apareció de la nada, de su interior apareció Vils lanzándose contra Masalot, sin que el grandullón pudiera reaccionar Vils colocó el filo de su espada contra su cuello.
-Estás muerto –dijo con tono serio.
Todos observaron asombrados la escena, entonces Masalot con una sonrisa aceptó su derrota, no sin antes preguntar qué había ocurrido.
-Con mi espada puedo romper el espacio tiempo, creo un portal que me transporta a otra dimensión, cuando lo deseo vuelvo a abrirlo y aparezco de nuevo en nuestro mundo –explicó.
-¿Por qué no hiciste eso cuando la sombra os atacó en la zona muerta? –preguntó Abigail confusa.
-No puede hacerlo siempre que quiera, necesita que su espada cargue energía, por eso se limitaba a bloquear los ataques de Masalot, cada bala que impactaba en su espada, una pequeña parte de la energía se acumulaba en ella –explicó Tayson.
-Exacto –dijo el pistolero.
-¿Cómo sabes tú eso? –preguntó la joven.
-No lo sabía, simplemente lo he deducido –dijo sonriendo.
-Bien, supongo que me toca –se adelantó Astor.
El hombre abrió el portal y sacó su majestuoso arco de él. Vils se puso en guardia, entonces se lanzó a por Astor, el hombre no hizo nada ante la embestida del pistolero, Vils lanzó un tajo horizontal con su espada, Astor se agachó esquivando el golpe, tocó el pie derecho de Vils con su mano y se alejó, Vils volvió a lanzarse a por él, pero de nuevo Astor esquivó el golpe y esta vez tocó el pie izquierdo de Vils con su mano. Cuando Vils volvió a lanzarse al ataque, Astor chasqueó sus dedos, Vils notó como sus botas pesaran cientos de toneladas impidiéndole moverse.
-¿Qué coño me pasa? –preguntó Vils angustiado.
-Nada, simplemente no podrás moverte hasta que yo lo desee –dijo Astor inexpresivo.
-¿Cómo? –preguntó de nuevo.
-Astor tiene la capacidad de inmovilizar a sus enemigos con solo tocarles, por eso se le conoce como el escorpión, al igual que el veneno de ciertos escorpiones paralizan a sus víctimas, él hace lo mismo con su magia –explicó Tayson.
-No puede ser… Aún no he perdido –dijo Vils intentando moverse desesperadamente.
-Siento discrepar –dijo mientras disparaba su arco.
Justo cuando la flecha iba a impactar de lleno en la frente de Vils, esta se detuvo, Astor convirtió la flecha en polvo y volvió a tocar a Vils, el cual cayó al suelo.
-Estás muerto –dijo Astor.
-¿Cómo he podido perder así? –se preguntó el joven frustrado.
-No te machaques, has conseguido vencer a un miembro del Cañón Negro, pocos pueden decir eso –dijo Tayson.
-Soy el pistolero arcano más poderoso que existe… -maldijo con los ojos llorosos.
-Chico, tu orden no alberga a los mejores magos del mundo, solo posee la fuerza militar más numerosa de todas, aun eres joven, te queda mucho que aprender –dijo Eternia mientras se acercaba a Vils sonriendo.
-Eternia tiene razón, esta derrota debería servirte para saber que aún te queda mucho por mejorar –aclaró Tayson.
-Sí, supongo que tenéis razón, bien vayamos al portal original –dijo Vils mientras se levantaba sonriente.
III
EL PORTAL ORIGINAL
El grupo se dirigió al portal original, situado en el templo de la orden, el cual también servía como cuartel general. El duque les permitió acudir, algo muy raro, pues ningún mago puede visitar el portal después de que este les diera su arma elegida. Vils y la banda caminaban por las habitadas calles de la ciudad, la alegría que caracterizaba a sus habitantes estaba prácticamente extinta, a pesar de los esfuerzos de la orden por contener las noticias de la sombra, eran insuficientes. La voz se había corrido por toda Elamor, un misterioso mago estaba matando a los miembros de la Bala zafiro, la mayor fuerza jamás conocida y de la que dependía la seguridad de la ciudad estaba siendo aniquilada por un solo sujeto. El miedo comenzaba a apoderarse de la ciudadanía y nadie sabía si la orden podría vencer esta batalla.
Vils y los demás llegaron a las puertas del templo, un lugar majestuoso, cubierto de grandes vidrieras, con la majestuosa bala dorada símbolo de la orden tallada en piedra encima de las grandes puertas dobles de la entrada, era de los pocos edificios de la ciudad construidos en robusta roca. El edificio era abrazado por dos majestuosas torres que parecían rozar las nubes.
-Es impresionante –dijo Abigail asombrada.
-Me extraña vuestro asombro, todos los magos reciben sus armas en este templo, pero, ahora que lo recuerdo, cuando llegamos a la ciudad dijiste que nunca habías estado en Elamor. ¿Cómo es eso posible? –preguntó confuso.
-No todos los magos reciben sus armas de este portal muchacho –dijo Tayson.
-¿Cómo? –preguntó asombrado.
-Elamor no es el centro del mundo mi joven pistolero, el mundo es muy grande, casi infinito, hay magos por todos los rincones de él, allá donde nazca alguien con el don, el portal aparecerá y le brindará su bendición –explicó Eternia.
-Increíble, mi ignorancia se hace cada vez más grande –dijo Vils algo avergonzado.
-No es ignorancia, aún eres muy joven y además has dado tu vida a la orden, es lógico que no conozcas nada más allá de Elamor y sus alrededores –dijo Tayson.
-Supongo que tienes razón. Bien entremos –dijo mientras se adelantaba.
Vils abrió las grandes puertas del templo. El grupo atravesó un enorme pasillo con una gran alfombra de color lila en el suelo, los grandes ventanales dejaban pasar el sol alumbrado todo en su completitud. Al final del pasillo atravesaron una pequeña puerta, tras ella una sala con grandes cuadros de los antiguos duques en las paredes, lo más destacable era una gran chimenea de roca maciza. Todos los miembros de la orden allí presentes miraban con algo de desconfianza al grupo.
-Tras esa puerta se encuentra el portal –dijo Vils señalando una gran puerta de roca con el símbolo de la orden en el centro.
-Pues no esperemos más, vamos quiero ver ese portal –comentó Masalot muy motivado.
En ese momento un hombre vestido igual que Vils se colocó frente al grupo impidiéndoles el paso, sus oscuros ojos se clavaron en los de Tayson, su gran melena de tono rojizo caía como hilos de seda sobre su capa blanca.
-Puede que el duque os haya dado la confianza para incluso dejaros acceder al portal, pero yo sigo pensando que sois unos traidores y que estáis con ese puto cerdo –dijo el hombre amenazante.
-Tú eres el mismo gilipollas que estaba en la sala con el duque, hazte un favor a ti mismo y apártate –advirtió Abigail.
-¿Te atreves a insultarme niñata? –preguntó amenazante.
-Esta niñata te mataría sin tan siquiera usar su magia –amenazó la chica chulesca.
-Hija de puta –dijo mientras se abalanzaba sobre Abigail.
En ese momento Masalot se interpuso entre el hombre y Abigail, haciendo que frenara su marcha.
-Antes de enfrentarte a la chica que tal si te enfrentas con alguien de tu tamaño –dijo el hombre mirando amenazante al pistolero.
-Masalot, Abigail, calmaos –dijo Astor.
-Tú también Eliriot –dijo Vils dirigiéndose a ese hombre.
-Puede que el duque se fie de vosotros, aún es joven e inexperto, pero recordad que en una semana acabaré con ese hijo de puta yo mismo y si vosotros estáis a su lado os exterminaré también, en realidad deseo que suceda –dijo amenazante.
-Si tan seguro estas ¿Por qué no has acabado ya con la sombra? –preguntó Tayson.
-Eliriot no estaba en la ciudad, marchó hace meses, el duque ha hecho llamar a todos los pistoleros de elite que se encontraban de misión, en una semana la orden estará al completo en la ciudad –explicó Vils.
-Quizás hubiera sido mejor esperar el regreso de la elite en lugar de llamarnos a nosotros –dijo Tayson.
-No podíamos arriesgarnos a perder más miembros y poner en riesgo a los ciudadanos, por eso os llamé –respondió.
-Bueno, ya da igual, vamos Eliriot, déjanos pasar, tenemos un enemigo común, no peleemos entre nosotros –dijo Tayson con calma en el tono.
-Bien, pero recordad lo que os he dicho –recordó mientras se alejaba.
-Ese tío es un gilipollas –dijo Abigail.
-No le toméis en serio, ha perdido grandes amigos a manos de la sombra… Como todos –dijo Vils.
El pistolero y la banda se aproximaron a la puerta, allí Vils pasó su mano sobre el símbolo que había tallado en ella, al hacerlo se iluminó con una fuerte luz dorada, seguidamente un fuerte crujido de roca retumbó por toda la sala, así la puerta comenzó a abrirse lentamente. El grupo la atravesó, tras ella una gran sala con un tono azulado que lo inundaba todo. No había nada en esa sala, a pesar de su gran tamaño estaba completamente vacía, pero todos podían notar una enorme presión en sus cuerpos, era como si la gravedad en aquel lugar fuera mucho más fuerte. Al bajar unas escaleras allí pudieron ver el majestuoso portal original. Rodeado por un gran arco de piedra, la enorme masa de energía de color morado lo inundaba prácticamente todo, allí les esperaba el duque Amil.
-Os estaba esperando –expresó sonriente.
-¡Es impresionante! –exclamó Abigail.
-Sí, lo cierto es que es una imagen preciosa e intimidante a la vez –señaló Astor mirando la inmensidad del portal.
-¿Qué hacemos aquí duque? –preguntó Tayson.
-Veréis, todos dicen que nadie puede acceder al portal, nadie sabe lo que hay más allá, pero eso no es del todo cierto. Hace unos años, durante el anterior ducado, un grupo de miembros de la orden se adentraron en el interior del portal, del grupo formado por diez solo volvieron tres, pero volvieron –explicó.
-¿Y? –volvió a preguntar.
-Los tres magos que regresaron no recordaban nada de lo sucedido durante su aventura allí dentro, pero volvieron diferentes, la intensidad de su magia era mucho mayor, sus armas habían cambiado de aspecto, con el pasar de los meses poco a poco fueron consumidos por su propia magia salvo uno. El único que sobrevivió desapareció, su poder era casi infinito, el duque decidió que era mejor acabar con él, pues si su magia se descontrolaba podría arrasar con toda la ciudad, pero de un día para otro desapareció –explicó.
-Una historia fascinante duque, pero ¿A dónde quiere llegar? –preguntó Masalot.
-Creo que ese mago que desapareció es la sombra de la noche –respondió.
-¿Cómo lo sabe? –cuestionó Astor.
-No lo sé a ciencia cierta, pero vosotros mismos visteis su poder, solo un mago tiene tanto poder y es el superviviente del portal –aclaró el duque.
-Pero aún no nos ha dicho que hacemos nosotros aquí –insistió Tayson algo alterado.
-Intentad haceros más fuertes –respondió directo.
-¿Y cómo haremos eso? –preguntó Vils.
-Sugiero que entréis en el portal –contestó Amil.
-¿Qué? Ni de coña, ha dicho que de diez solo tres volvieron pero que se volvieron locos, no vamos a entrar ahí –dijo Abigail.
-Entiendo vuestra preocupación, pero hay que aclarar que los que entraron eran reclutas, apenas llevaban una semana en la orden, solo uno de ellos era un elite, el cual dirigía la expedición, de hecho fue él quien sobrevivió –explicó.
-Sobrevivió, sí, pero ¿A qué precio? –cuestionó Eternia.
-Sois magos muy poderosos, estoy seguro de que sobreviviréis –insistió Amil
-¿Tu qué opinas de todo esto jefe? –preguntó Abigail.
-¿Cómo se llamaba ese mago? –preguntó Tayson.
-Oscelot –aclaró el duque.
-Bien, entremos en el portal –citó decidido.
-¿Hablas en serio? –cuestionó Astor.
-Sí, vamos no hay tiempo que perder, solo tenemos una semana –respondió.
Tayson se adelantó al resto, todos miraban desconcertados como sin pensarlo su líder entraba en el portal sin mirar atrás. El resto de ellos se miraron los unos a los otros, sin decir nada todos, incluido Vils entraron en el portal. Cuando todos desaparecieron Eliriot apareció en la sala colocándose junto al duque.
-No entiendo el porque les das la opción de hacerse más fuertes –dijo desconcertado el pistolero.
-No les doy esa opción, no saldrán de ahí con vida… Ella se encargará –aclaró el duque con una siniestra sonrisa en el rostro.
CAPÍTULO IV EL INICIO DEL VIAJE
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